AVA: Miedo a los medios
Gastón Monge/2178
Una vez más el gobernador Américo Villarreal visitó Nuevo Laredo, en lo que fue una visita en la que presidió una reunión relacionada con la seguridad, o ¿inseguridad? Que prevalece no solo en esta frontera sino en varios municipios, situación que hasta el momento no ha podido resolver porque, hay que decirlo, es un mandatario demasiado tibio y sumiso a lo que diga el presidente de la República.
La reunión se realizó en las instalaciones militares adonde asistieron altos mandos castrenses y de seguridad pública federal y estatal para implementar estrategias para la seguridad y la paz en esta frontera.
Bien por esto si es que habrá resultados, pero parece que al gobernador le falta carácter y don de mando para ofrecer los resultados que espera la sociedad civil, esa que día tras día tiene que enfrentar sus propios miedos ante la inseguridad que priva en las calles, que ya es galopante y ascendente sin que su gobierno de muestras de fortaleza ante este flagelo.
Fue una reunión privada y sin la presencia de los medios de comunicación, en un evento en donde prevaleció solo la visión unitaria del mandatario y de su equipo de comunicación social que mediante boletines que enviaron vía comunicación social de este municipio, ofrecieron una visión parcial, maniquea y mediática de lo ocurrido en dicho evento.
Pero no es la única ocasión en que Américo Villarreal le hace un desaire a los medios de comunicación, a la prensa pues, ya que en casi todas sus visitas le hace el feo a los medios, les rehúye y lo peor, los trata como si fuera un favor el estar al tanto de lo que se diga o se haga en sus eventos en esta ciudad y de otros municipios.
Américo, al igual que todos los funcionarios y políticos se deben a la prensa, porque de otro modo sus actividades no serían dadas a conocer y la sociedad nunca se enteraría de ello, sino fuera por los medios de comunicación, pero de aquellos que no están sometidos a la voluntad del mandatario ni de funcionarios de cualquiera de los nivele de gobierno.
Pero tal parece que Américo no lo entiende así y en cada una de sus visitas por esta ciudad ignora a la prensa y no la invita a sus eventos porque le tiene pavor a las preguntas incómodas, y porque sabe que no ha cumplido a cabalidad con sus compromisos de campaña.
En la reunión de seguridad en esta frontera, está bien que haya sido privada porque en ocasiones se dicen o se hacen cosas que no conviene que la prensa se entere, pero lo adecuado sería que al final de dichas reuniones el mandatario convocara a una sesión de prensa para preguntas y respuestas, y de esa manera la sociedad tuviera una visión más objetiva, más imparcial y más apegada a lo ocurrido.
Ya son casi siete meses desde que Américo tomó la estafeta de gobernador de Tamaulipas, uno de los estados con mayores índices de desaparecidos, entre ellos 55 migrantes, tan solo después de Chiapas y Coahuila.
¿Qué le ocurre al gobernador que no tolera a la prensa? Todo indica que de todos los mandatarios estatales, éste es el único que le tiene animadversión a los medios de comunicación, y ello se vio desde el primer día de su toma de posesión como mandatario de Tamaulipas.
Son apenas siete meses de gobierno y le queda mucho por andar al frente del gobierno estatal, por lo que debería ser más consecuente con los medios de comunicación, y más tolerante con ellos porque después de todo, los políticos se deben a los medios y no lo contrario, ya que políticos vemos pasar cada tres o cinco años, y los periodistas seguimos siempre en busca de la información.
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Pero quien parece que anda en caballo de Hacienda es la alcaldesa de esta frontera, Carmen Lilia Canturosas, quien anda muy activa en diversos eventos de promoción para el desarrollo de esta ciudad, y uno de ellos está relacionado con la instalación de la Agencia Nacional de Aduanas de México (Anam), dependencia federal que en septiembre del próximo año deberá estar instalada y terminada por completo, según dio a conocer hace un par de días el presidente López Obrador.
Esto es muy bueno porque podría ser el detonador que tanto necesita nuestra ciudad para dejar de ser una ciudad provinciana, dejar de crecer de manera anárquica como ocurre actualmente, y dar el paso hacia un desarrollo más sustentable y propio de las características de una urbe fronteriza de mediano tamaño.
A Nuevo Laredo le falta y mucho para lograrlo, y eso lo sabe bien Carmen Lilia, porque esta ciudad no cuenta con la infraestructura urbana suficiente como para dar cabida a una dependen de tal magnitud, y el problema está tal vez, en que algunos funcionarios confunden el crecimiento económico que muestra esta ciudad, con un desarrollo que aún no llega, y que necesariamente se tiene que ver reflejado en un mejor nivel de la población, lo que tampoco se observa en este momento.
Sin embargo, Carmen Lilia le está apostando a que esta ciudad converja en ambos sentidos, y para ello trabaja arduamente en la organización y participación en eventos, foros, talleres y reuniones de todos niveles, sobre todo lo relacionado con la obra pública, rubro en el que le están fallando algunos constructores, como e l caso de la empresa CGS Rentals, a la que se le adjudicaron tres contratos por la cantidad de 9 millones 822 mil pesos para la rehabilitación del colector Infonavit, el que por cierto falló después de haber sido reparado.
De reconocer es el que luego de varios meses una de sus promesas haya sido cumplida, al haber sido llamado a declarar el ex alcalde Enrique Rivas por un juez de control, por los presuntos delitos de peculado y uso indebido de funciones, nada menos que ´por haber adquirido durante su administración un predio sobrevaluado para la construcción de Centro Mundial de Comercio, el que nunca se construyó, pero presuntamente fueron erogados 50 millones de pesos. ¡Vaya dilema en el que se metió el ex edil!
Si Carmen Lilia cumplió con esta promesa con pruebas contundentes, y si continúa en ese camino, es muy probable que allane el camino hacia su reelección y hacia una mayor aceptación sobre su trabajo.
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Voz migrante.- Este lunes se cumplen tres semanas de la tragedia que conmovió las entrañas del mundo migrante con la muerte de 40 personas dentro del centro de detención del Instituto Nacional de Migración en ciudad Juárez; y desde entonces las dudas y la incertidumbre siguen vigentes muy a pesar de que se hayan tomado medidas con la detención de algunas personas, culpables relativos, porque siguen laborando los verdaderos responsables de esta tragedia, que son los funcionarios de este organismo federal.
Se dice que el INM cambiará de nombre, que habrá una reforma interna a este organismo, pero de poco servirá porque la política migratoria de México sigue siendo persecutoria, discriminatoria y policial, ya que se requiere de modificar los mecanismos de administración, control y atención de los migrantes en dichos sitios.
Todo esto ocurre mientras eran repatriados los cuerpos de últimos migrantes fallecidos durante el incendio, en el marco de denuncias de Guatemala, El Salvador y Venezuela contra el gobierno mexicano, por no haber impedido la tragedia desde el momento en que inició el primer indicio de fuego, por lo que se califica ya como Crimen de Estado.
De nada servirá que se cambie el nombre del INM por el de Coordinación Nacional de Asuntos Migratorios, si su operatividad seguirá inalterable, y más aún si el padre Alejandro Solalinde, promotor de este cambio, se convierta en funcionario federal y en un político allegado a la 4-T.
No se sabe lo que estaría pensando este sacerdote, quien de hacerse cargo de esta nueva Coordinación Migratoria, es muy seguro que el Episcopado Mexicano le retire el rango de sacerdote y se convierta en un laico más, todo por servir a los intereses del presidente de la República.
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Hasta mañana
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