VIGILAN EN LA CARCEL CADA MINUTO AL ASESINO SERIAL

MIGUEL TIMOSHENKOV  

LAREDO, TX. – Las 24 horas mantiene vigilancia el convicto Juan David Ortiz en la cárcel del Condado de Webb al ser declarado culpable a purgar cadena perpetua.

Un guardia está asignado en los tres turnos para detallar cada movimiento; si camina, se sienta, habla, ríe o se ve arrepentido.

El pasado miércoles, 7 de diciembre, Ortiz y sus abogados apelaron bajo inconformidad después de escuchar la sentencia por sus crímenes frente al Juez Oscar Hale en el Centro de Justicia Cadenas Reeves de San Antonio.

“Yo habría preferido que lo sentenciaran pena de muerte”, dijo el alguacil Cuellar la mañana del viernes en conferencia de prensa. “La familia pidió que sufriera las penurias de una prisión hasta su último existir”.

Ortiz llegó a Laredo el jueves trasladado de San Antonio y en espera para ser transferido a la penitenciaría de Huntsville, Texas.

La Fiscalía de Distrito, la Corte 406 de Distrito y la oficina del Alguacil cumplen protocolos documentales de procedimiento.

Ortiz fue acusado de asesinar a Melissa Ramírez, de 29 años; Claudine Anne Luera, de 42; Guiselda Alicia Cantú, de 35, y Janelle Ortiz, de 28. Sus cuerpos fueron encontrados a lo largo de caminos en las afueras de Laredo en septiembre de 2018.

Los miembros del jurado escucharon por dos semanas de juicio la confesión de Ortiz durante una larga entrevista grabada con los investigadores del Alguacil del Condado de Webb que había sido cliente de la mayoría de las mujeres, pero también expresó su desdén por las trabajadoras sexuales, refiriéndose a ellas como «basura» y «muy sucias» e insistiendo en que quería «limpiar las calles» y por ello las asesinó.

Cuellar narró los hechos desde inicios de la investigación, incluso Ortiz les informó del último cadáver localizado por un camino lateral del IH-35 el 15 de septiembre del 2018.

“Felicito a los investigadores y el Capitán Federico Calderón porque lograron que Ortiz confesara sus crímenes sin presión y por sí mismo empezó hablar”, dijo Cuellar. “Erika Pena, la mujer que se salvó, denunció que la trataba de matar y posiblemente a sus compañeras. Fue un trabajo que hicieron investigadores, el fiscal de distrito y la corte”.

Ortiz sabía que lo estaban buscando, pero llegaba a su trabajo en la Patrulla Fronteriza sin arrepentimiento.

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