-Jesús ¨Piedra, primer desaparecido en Nuevo León
-Integrante de la LC23S
-Participó en el fallido secuestro de Eugenio Garza Sada
-Tras ser desaparecido su cuerpo se “evaporó”
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Raúl Hernández Moreno
15-noviembre-2024
Es una vergüenza que se haya ratificado a Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humamos. La mujer vive de la fama de su señora madre, ¡Esa sí!, una luchadora social de a deveras. He aquí unos apuntes de su historia.
El 30 de abril de 1975, Rosario Ibarra de Piedra lee en la página 11-A, del periódico regiomontano El Norte, una nota informativa que la impacta: “Cae Piedra Ibarra”, es el encabezado, sin que se especifique en el cuerpo de la nota la fecha de su captura. Iniciará en ese momento una larga e incansable jornada para intentar dar con el paradero de su hijo, al que nunca encontró. Con el tiempo sabrá que lo desaparecieron, el cuerpo se evaporó y nadie supo qué se hizo con él.
Luego de la noticia acude a la Policía Judicial del Estado, a la Procuraduría de Justicia, a las diferentes corporaciones y la respuesta es la misma: nadie sabe nada. Se entrevista con el gobernador de Nuevo León, Pedro Zorrilla Martínez quien le reprocha que “su hijo no era una blanca palomita” y que “existen policías ilegales pero necesarios”.
No satisfecha con las respuestas, se entrevistó con el director de El Norte, Alejandro Junco de la Vega, a quien le reprocha la falta de veracidad de la noticia y éste le responde que él no va echar a la borda 40 años de periodismo por una mentira y le sugiere que se mueva, pues su hijo fue trasladado al Campo Militar Número 1.
Nacido el 17 de febrero de 1954, en Monterrey, Jesús Piedra Rafael o Rafita, formó parte del fallido operativo de la Liga Comunista 23 de Septiembre que el 17 de septiembre de 1973, intentó secuestrar al empresario Eugenio Garza Sada. Su función fue avisar que se aproximaba el vehículo en que viajaba don Eugenio.
La noche del 25 de noviembre de 1973, Jesús salió a comprar queso y una botella de aceite, en un automóvil Ford Galaxie 500. Se tardó más de lo debido y en vez de él, llegó a la casa familiar la policía para informar que Jesús había tenido un accidente de tránsito. En la delegación se les informó al matrimonio Ibarra que no hubo tal accidente, sino un enfrentamiento a balazos, con saldo de un policía muerto Guillermo Villarreal Valdez y que su hijo era uno de los participantes. Jesús ya no regreso a su casa.
En el Ford Galxie, propiedad del doctor Jesús Piedra Rosales, se encontró propaganda del Comité Estudiantil Revolucionario (CER), cartuchos, un rifle calibre 308 con mira telescópica, pasamontañas, bolsa de lona del Banco Mercantil de Monterrey, conteniendo aproximadamente 600 pesos en monedas y una caja metálica con varios billetes. También encontraron la documentación del automóvil Ford Falcón propiedad del profesor Humberto Ramos Lozano, con el cual se perpetró el asalto al “Autodescuento Tecnológico”, mismo que había sido reportado como robado, pero qué según el informe policiaco, “extrañamente tenía las llaves originales del sistema de encendido, lo que hace dudar que haya sido robado”.
Cuatro meses después, agentes de la DFS allanaron, sin orden judicial autorizada por un juez, el domicilio de la familia Piedra Ibarra, detuvieron al doctor Jesús Piedra Rosales, de 62 años y se lo llevaron a las instalaciones de la Policía Judicial donde lo golpearon. Además “le metieron tres veces la cabeza en agua llena de orines y de ácido para revelar fotografías, le rompieron la cuarta vértebra lumbar a fuerza de golpearlo y a empellones y patadas lo aventaron de nuevo a la primera celda. Durante los interrogatorios, Luis Bueno Ramírez, miembro de la Policía Judicial, le advirtió:
-Mire, si no nos dice dónde está su hijo, allá afuera hay cuatrocientos hombres que tienen órdenes de matarlo donde lo encuentren.
– ¿Con qué derecho? -preguntó el doctor Piedra- Si ha cometido algún delito aprehéndanlo y júzguenlo.
-No, si aquí no se trata de derechos.
Tras ser liberado, el doctor Piedra permanecerá 15 días en el Hospital San José, para reponerse de la golpiza.
En 1974, Jesús Piedra participa en el asalto a la tienda “Autodescuento Madero; a las bodegas de la Casa la Daga, la Panificadora Bimbo y falla un doble asalto al Banco Regional del Norte y Autodescuento Obispado.
El 22 de abril, la Liga acordó repartir propaganda entre los obreros de Monterrey para invitarlos a incorporarse al movimiento armado, pero ese día se dio un enfrentamiento entre guerrilleros y la policía judicial, con saldo de dos heridos entre los de la Liga: Yanira Elizabeth Fernández Maldonado, pareja de Jesús Piedra, que recibió un tiro en la cadera y Carlos Rentería Rodríguez el Erre, con una herida en el hombro.
La detención y desaparición de Ignacio Salas Obregón Sebas, el 25 de abril de 1974, cimbró a la Liga y la ausencia de liderazgo los llevó a cometer errores y se presentaron bajas de militantes.
Cayeron en el mes de mayo Fernando Miguel Ruiz Díaz, Carlos Rentería Rodríguez, Benjamín Palacios Hernández y Sergio Monjarraz Cepeda.
El 19 de abril de 1975, Jesús Piedra Ibarra fue detenido mientras esperaba el transporte público en el crucero de Arteaga y Félix U. Gómez. La “madrina” Juventino Romero Cisneros se le abalanzó por la espalda. Piedra se resistió, pero el agente César Manuel Garza Espinosa ayuda a someterlo, pero con tan mala suerte que una mano queda cerca de Jesús quien no duda en morderlo. Otro oficial, Benjamín Maya Filoteo, llega de refuerzo, lo controlan y lo meten a un automóvil Chevrolet, anaranjado, 1968, de la DFS.
El detenido es trasladado a las oficinas de la DFS y el delegado Ricardo Condelle Gómez ordena llevarlo al rancho La Peña, en el kilómetro 7 de la carretera Higueras-Marín, donde es sometido a interrogatorio y obviamente a torturas. Al día siguiente es enviado en un avión especial a la Ciudad de México,
En el expediente 11-235 del libro 26, con fecha del 20 de abril de 1975, la DFS da cuenta de la detención de Jesús Piedra, de quien señala que curso la carrera de medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México, de 1970 a 1973 y que ahí conoció en 1971 a Miguel Ángel Torres Enríquez, con quien coincidió en la necesidad de la lucha armada. Confesó haber matado al patrullero Guillermo Villarreal, junto con Edmundo Medina Flores, otro de los participantes en el secuestro de Garza Sada. Además, dijo haber participado en diversos asaltos como la tienda Auto Descuento Tecnológico que les redituó 200 000 pesos; la panificadora Bimbo, donde obtuvieron 300 000 pesos; una gasolinera 2,000 pesos, una zapatería 3 Hermanos, la tienda para empleados del IMSS, la panificadora TEC, la tienda Auto Descuento Obispado y la Constructora Garza Ponce.
Doña Rosario Ibarra emprendió una incansable búsqueda de su hijo. No negó su responsabilidad en acciones armadas, pero fue contundente: si cometió un delito, que se le juzgue.
En los primeros días de mayo, doña Rosario llegó a la Ciudad de México y alquiló un departamento sobre la avenida Reforma, para facilitar su movilidad. Por esos días Luis Echeverría encabeza un acto de homenaje a Alfonso Reyes, en la tercera sección del bosque de Chapultepec y doña Rosario lo aborda, le entrega una carta con su demanda y el Presidente la canaliza con la Procuraduría. En lo que resta del sexenio, se encontrará con Echeverría 38 veces más y con una gran cantidad de funcionarios en los que espera encontrar información para dar con el paradero de su hijo.
Jesús es el primer caso de desaparición forzada en Nuevo León.
El 8 de noviembre de 1972, Germán Segovia Escobedo, yerno de doña Rosario, secuestro, junto con otros tres hombres, el vuelo 705 de Mexicana de Aviación y fue desviado a La Habana. Segovia formaba parte de la Liga de Comunistas Armados.
Doña Rosario fundó el 17 de abril de 1977 el Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos, mejor conocido como el Comité ¡Eureka!, que aglutinó a familiares de personas presas y desaparecidas. Realizó protestas, huelgas de hambre y consiguió que en 1978 el gobierno autorizara una amnistía. Fue la primera mujer en ser postulada candidata presidencial en 1982, bajo las siglas del Partido Revolucionario de los Trabajadores, de línea trotskista. Repitió en 1988. Fue dos veces diputada federal y senadora.
Las batallas de doña Rosario rindieron frutos. El 27 de noviembre de 2001, el Ombusdman nacional, José Luis Soberanes, presentó ante el Presidente Vicente Fox, el Informe Especial sobre Desapariciones Forzadas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Es un informe oficial en el que, por primera vez, admite y documenta el fenómeno de las desapariciones forzadas, que se venían denunciando desde mediados de la década de los setentas y que la autoridad negaba de manera sistemática.
El juicio de la CNDH sobre las desapariciones es demoledor: “no hay razón de seguridad nacional que justifique la desaparición forzada de personas, y no hay razón de Estado que pueda estar por encima del Estado de Derecho”.
El informe documenta, de modo irrefutable que, en la inmensa mayoría de los casos, las detenciones/desapariciones se ejecutaron sin que mediara orden de aprehensión, no se consignó a los detenidos ante autoridad judicial o ministerial competente alguna, y los autores de estos delitos nunca fueron responsabilizados por ellos, beneficiándose así de una absoluta impunidad.
De 532 casos revisados, se comprobó la participación de autoridades en la desaparición de 275; en 97 casos se detectaron indicios de participación de autoridades; y en 160 la CNDH no encontró evidencias del involucramiento de cuerpos policiacos. En los expedientes aparecieron 74 nombres de ex servidores públicos y 37 dependencias gubernamentales. Entre los nombres más citados aparecen los de Miguel Nazar Haro, Mario Arturo Acosta Chaparro, Arturo Durazo Moreno, Francisco Quiros Hermosillo, Jorge Obregón Lima, José Guadalupe Estrella, Ricardo Condell, Luis Montiel, Francisco Sahagún Baca, Salomón Tanús, Florentino Ventura, entre otros.