FAENA EN CANAL.

«Dragones» de café.

Evaristo Benítez Castro.

A principios de los noventas del siglo pasado escuché ésta frase por primera vez de boca de Alfonso («Poncho») Sierra Benavides (+); creo que no es de su original autoría, pero se usa para caracterizar a una persona como sabihonda, como supuesto experto en cualquier asunto mundano.
Su contexto es un grupo de amigos de variados colores y sabores que se reúnen en improvisados espacios para competir por la Gloria Eterna.
El Dragón de café casi siempre es un político, periodista o legislador en retiro; que se encuentra en receso forzado y que no ha sido llamado a gozar de las mieles del poder durante un tiempo considerable; o que acaba de ser despedido de un cargo público de alto nivel en la federación, en el estado, en el municipio o en la universidad.
Por ello, o sea su retiro temporal y forzoso, es en el café y con sus amigos donde se desahoga y cita con nostalgia los tiempos idos: los legisladores actuales valen gorro, los alcaldes de hoy no tienen oficio político y sólo aspiran a robar los dineros públicos, el gobernador es un novato y le falta equipo con oficio político, y en fin el Dragón de café magnifica la experiencia personal que aplicó con mucho éxito cuando estaba en el poder.
Al estar, hoy, fuera del presupuesto público pierde la memoria y magnifica sus pretéritas capacidades que aplicó en el ejercicio del poder; pareciera que él mismo está convencido de que sin su intervención los gobernantes están perdidos.
Lo mismo con los colegas de oficio, constituidos como Dragones de café; señalan y argumentan que los periodistas y /o escritores de hoy sólo son centaveros, improvisados y de plano ignorantes; que en el pasado sólo existíamos premios Pulitzer mexicanos; que su obra escrita está al nivel de cualquier premiado con el Nobel de literatura pero nuestro enemigos nos bloquean.
Adicionalmente el Dragón de café se ofrece como salvador de la patria:
O sea apuntalar a la 4 T, en el servicio público si es burócrata en retiro forzoso, o difundiendo con letras de oro la obra milenaria del presidente AMLO, si se tratase de un periodista y /o escritor.
El Dragón de café sataniza el pasado (olvidando comodinamente que él mismo cooperó para dejar el desmadre que hoy prevalece en la república) y se apunta y prepara para ser llamado al rescate; es decir ofrece su amplia experiencia para salvar a los gobernantes hoy perdidos en la ineficiencia.
El Dragón de café, en su profunda amnesia, finge ignorar que él mismo fue participe de los saqueos sistemáticos cuando fue servidor público en gobiernos priístas, panistas, perredistas o morenistas: la causa de la 4 T todo lo purifica y perfecciona.
¿Pensará el Dragón de café que engaña a su improvisado y temporal auditorio?.
Lo único claro es que las pláticas de café no son precisamente discusiones colegiadas de expertos; interactuar con los amigos en un café no es una lucha de Dragones; es pasar el rato tranquilo y sin las presiones mundanas como el trabajo, la familia, la cortedad de dinero, el desempleo, el sub empleo mal remunerado etcétera.
Cuando la nostalgia, el miedo al futuro o la envidia se posesiona de nosotros y nos impide avanzar, fuésemos jóvenes, maduros o viejos, lo mejor es atenderse con un psicólogo o un psiquiatra.
Los Dragones de café tradicionales deberían de ser una especie en extinción, para dar paso a charlas de amigos con menos complejos, con mas empatía y sobre todo con humildad recordando el milenario adagio popular: Dime de que presumes y de diré de que careces.
Cd. Victoria Tamaulipas. Viernes 30 de diciembre de 2022. Evaristo Benítez Castro en Faena en Canal.

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