FAENA EN CANAL.

¿Quién NO tiene cadáveres en su clóset?.

Evaristo Benítez Castro.

Ahora que el presidente AMLO, su partido político y sus principales colaboradores están «ablandando » a diputados y senadores para aprobar constitucionalmente la permanencia del ejército mexicano en las calles para que realicen labores de seguridad pública (hasta el año 2028 por lo menos), no podemos menos que reflexionar que casi el 100% de nuestra clase política tiene demasiados muertos en sus respectivos clósets.
Desde cadáveres de ratoncitos o lagartijitas hasta cadáveres de elefantes, pero el caso es que pocos (¿habrá alguno?) miembros de la clase política mexicana NO temen que su pasado escabroso los alcance; en consecuencia con un apriete en serio aflojan en sus deseos de actuar con libertad plena.
Desde el presidente de la república mismo hasta el regidor del ayuntamiento más modesto del país, SABEN que los cadáveres de su clóset pueden ser ventilados en tiempos de crisis, de negociaciones políticas o de oposiciones ciegas: la consigna es dejar el muerto quieto y oculto hasta que se momifique y que su olor no pueda afectarnos.
Bajo dicha premisa MORENA y su clase política tiene quietos a los legisladores que se oponen a las modificaciones constitucionales que desea el señor presidente; la que se discute hoy mismo y que dejaría al ejército al mando de la seguridad pública nacional es de prioridad UNO.
Luego vendrá otro apriete para «convencer» a los legisladores de aprobar la Reforma Electoral y luego cualquier otra que sea de máxima prioridad presidencial; los cadáveres en el clóset, siempre vigentes y olorosos, ayudarán para convencer a los legisladores y líderes de partido de que lo más sano es «colaborar» de manera amable y voluntaria.
Sin falsa inocencia debemos de reconocer que en el pasado reciente se ha procedido de la misma manera; es decir desde la cúpula del poder persuadir a los legisladores sobre lo mas conveniente para consolidar su presente y construir su futuro en la política y /o el servicio público; es decir aprobar en tiempo y forma lo que haya que aprobar.
El romanticismo de que…. «yo me debo a los intereses de mis electores» ha dado paso al ….»yo debo construir mi futuro».
Por eso con descaro vemos que los legisladores (federales y locales) cambian de fracción parlamentaria como cambiar de calzones; es así que emigran hacia la fracción partidista que les ofrece ascensos y futuros promisorios.
En todo caso en los últimos sesenta años no habíamos visto tal descaro, cinismo, socarronería y vale madrismo como hoy; se carece de escrúpulos y a cambio de una brillante carrera en la política o el servicio público bien vale la pena guardar los muertos en el clóset y no correr el riesgo de que ensucien la recámara.
En síntesis nos parece que las modificaciones constitucionales propuestas por MORENA-PRESIDENCIA, las de hoy, mañana y pasado mañana (hasta noviembre de 2024), pasarán sin problema por las aduanas legislativas.
No habrá valiente que quiera correr el riesgo de que saquen de su clóset los cadáveres para verlos putrefactos en la calle enfrente de su casa.
La política es de realidades no de romanticismos; el profesional sabe que SIEMPRE estará en el filo de la navaja y que la autoridad superior tiene la llave de su clóset; si contamina su recámara o conserva los malos olores fuera de ella, eso SÓLO está en sus manos.
La gran diferencia entre ayer y hoy es la inmediatez para conocer las debilidades del prójimo; con el apoyo de las redes sociales podemos saber desde el momento mismo en que el político esconde sus cadáveres; antes de que haya malos olores sabremos qué INTENTA esconder.
Claro como siempre, salvo su mejor opinión amable lector; por eso tiene plena vigencia aquello de que….
«Para tener la lengua larga, debemos de tener la cola corta».
Cd. Victoria Tamaulipas. Miércoles 21 de septiembre de 2022. Evaristo Benítez Castro en Faena en Canal.
Cierto es que primero los convencimientos son a la «buena»; como por ejemplo ofrecer a los actores embajadas, presupuestos generosos, el perdón de sus pecados actuales (los del pasado son otra cuenta aparte) y cualquier otra estrategia en tiempos de paz republicana.
A los necios se les trata distinto; el mecanismo mas socorrido es sacarle sus muertos del clóset y airearlos para que su olor contamine al respetable.

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