-¿Quién se anima a sustituir a Jesús Valdez?
-El Cacharro abandona a regidora detenida con droga
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Raúl Hernández Moreno
El fin de semana, fue detenida en un puesto de control en Falfurrias, la regidora panista de Reynosa, Denisse Ahumada Martínez con un cargamento de 92 libras de cocaína, lo que se ha convertido en un tema mediático.
El líder estatal del PAN, Luis René “Cacharro” Cantú, se apresuró a declarar a los medios de comunicación que no es amigo de Denisse y que ésta no es militante de Acción Nacional.
Que bochornoso es ver que el Cacharro abandona a una militante en un caso judicial en el que aún no se comprueba su responsabilidad. En cambio se desgarra las vestiduras por el bandido de Cabeza de Vaca, al que el pueblo tamaulipeco ya juzgó y condenó.
Si la detenida fuese de afiliación morenista, el PAN estaría exigiendo que la quemaran en leña verde y la condenarían al infierno de Dante.
Por cierto que Falfurrias fue el refugio del periodista neolaredense Mauricio González de la Garza, luego de que publicó en 1980 el libro Ultima Llamada, lo que provocó el disgusto del Presidente José López Portillo que lo habría amenazado y Mauricio se exilio.
A finales de la década de los ochentas, Mauricio escribía su columna desde Nuevo Laredo y durante varios meses se le veía con frecuencia en la redacción del periódico El Mañana. Su hermano Homero también publicaba una columna en El Diario y otro hermano, Rodolfo, fue Jefe de la Oficina Fiscal y era aficionado a la historia regional.
Eran tiempos en los que también llegó a El Mañana, don Luis G. Ulloqui quien se sentaba en la redacción a descansar y cuando veía pasar a una mujer guapa exclamaba: ¡Que buen café!, que por supuesto, pocos entendían.
Ulloqui fue amigo de Evita Perón y solía platicar que ésta le dejo ocho mil dólares en su testamento. En la década de los años cuarenta del siglo 20 fue reportero del periódico El Norte de Monterrey. Era un señor muy sencillo.
Por otra parte, sesionó el Consejo Político Estatal del PRI y determinó renovar los 43 comités municipales y el propio Consejo.
Aquí lo interesante es saber quién se anima a sustituir a Jesús Valdez Zermeño. Sin acceso al presupuesto municipal y estatal, el PRI local tiene dificultades para cubrir el pago de los servicios públicos del edificio del Comité Municipal.
Tampoco hay sueldos por los integrantes del Comité Directivo y se trabaja con escaso personal. No hay un sistema de cobro de cuotas a militantes para pagar los gastos operativos.
Para el recuerdo quedaron los tiempos en que campaña sobraban los agentes aduanales, transportistas y comerciantes que hacían donativos de 100 mil dólares, de 50 mil dólares. Y no eran uno, ni dos, eran 60, 100 empresarios. Se acabó la abundancia.
El PRI necesita un financiero que le aporte por lo menos 600 mil pesos mensuales para que el partido pueda operar en el territorio. Hay decenas de personajes que pueden dar eso y más, el problema es que es tirar el dinero a la basura porque el PRI no está en condiciones de competir en las siguientes elecciones.
Quien se interese en la dirigencia municipal le va a apostar a obtener una o dos regidurías de representación proporcional y conseguir candidatos que a cambio de ir a la segura, estén dispuestos a pagar una cuota de un millón de pesos, por lo menos.
Panorama complicado el del PRI, donde aún hay personajes con la camiseta bien puesta, pero no hay dinero. Y sin dinero no se puede operar. Es bueno que tengan ganas de trabajar, pero mejor sería que trajeran dinero. El PRI está en la ruina económica.
Para colmo, insisten en ser aliados del PAN y este partido tampoco tiene acceso de los recursos oficiales y lo poco que hay se lo disputan líderes estatales.