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Aquella tranza de la
Terminal de Carga
· – . Presume moral Yahleel al cuestionar la remodelación del Parque Viveros
· – . De reflexión La Exposición de la Decena Trágica en Archivo Municipal
· – . Fiasco a NLD; quedó con una carretera multada y una pésima autopista
Por Javier Claudio
Claro que sí. – Ojalá y nos creara conciencia el asomar a una retrospectiva de la historia de la Revolución de aquellos hechos de los grandes hombres que lucharon por un gobierno genuinamente democrático, libertad y todo lo que de ello emana, aunque algunos de estos aparezcan coartados y sino pisoteados. Todo esto se convierte en una oportunidad de reflexión en la exposición “La Decena Trágica/Memoria Gráfica”, brillantemente realizada y expuesta al público en el Archivo General del Municipio.
Claridades. – En nuestra intentona cotidiana por ser buenos mexicanos, luce gallarda esa manifestación a través de un sinnúmero de fotografías de aquella aciaga época, que invariablemente nos lleva a reflexionar ahí, en ese oasis de valor, antesala de nuestra Revolución Mexicana. Las imágenes dan cuenta de las atrocidades que vivieron los habitantes de la Cd de México, víctimas del fuego cruzado entre ambos bandos mientras se definía la nueva situación política del País. Así se formó México.
Claroscuro. –, Con que calidad moral se atreve la ex diputada Yahleel Abdala a cuestionar la obra de remodelación del Parque Viveros, si cuando ejerció en el Congreso atropelló a NLD con una obra “cambalache” y engañosa debido a su inexperiencia, la que finalmente fue redirigida hacia la ambición. Nadie olvida que con la complicidad de los Agentes Aduanales de NLD, tomó los recursos que estaban asignados para crear el Aeropuerto de Carga y los desvío a la fétida Autopista San Fernando-La Gloria.
Clarín. – Para construir esa mini Autopista, inútil además por no representar ventaja alguna al viajero, fue mutilada La Carretera Libre, al retirarle un cuerpo y adicionárselo a la cuestionada e improvisada Autopista San Fernando-La Gloria. Y como corolario, la novatada de Yahleel, pues si bien no encontró recurso para dicha vía rápida por estar fuera de tiempo, debió negociar un préstamo que bien pudo ser aportado por aquellos estados que aún tenían remanente y pagarlo luego Nuevo Laredo.
Aclarando. – He aquí el resumen de los daños a Nuevo Laredo ocasionados por Yahleel; nos quedamos con una Carretera Libre mutilada, sin un Aeropuerto de Carga, que bien hoy estaría operando excelentemente y sería puntal de apoyo a la Asociación Nacional de Aduanas de México (ANAM); los recursos de casi 12 millones de dólares fueron a parar al cesto de la basura, dada la inutilidad que muestra la Autopista que nace en la antigua Garita del Km. 26 y concluye en el tramo La Gloria en Nuevo León.
Claro que no. – Estos daños a la ciudad que son de la autoría de Yahleel Abdala, sí que lamentablemente no tienen reversa y si dejan en claro que en cuestiones de vergüenza es mejor callar. Esa Terminal de Carga del Aeropuerto de NLD fue uno de los pocos proyectos estratégicos impulsados por el Gobierno del Estado debido a que, por sus características, era una obra que fomentaría el desarrollo económico regional y que fortalecería el movimiento aeroportuario de la frontera tamaulipeca.
Clarificando. – De haberse concretado la Terminal de Carga, el impulso a Nuevo Laredo estaba estimado como incalculable pues era un proyecto que marcaba contemplado para ofrecer 24 vuelos diarios para el manejo de un promedio de 170 mil toneladas de mercancías de empresas exportadoras e importadoras. Ah y con una inversión de 12 millones de dólares, que se sumarían a la aportación de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA). Hoy, estaría totalmente a la par de la creación del ANAM.
Sabía usted que. – El robo en despoblado que sufrió Nuevo Laredo a manos de pillos de “cuello blanco” sobre el Aeropuerto de Carga, tiene como antecedente que aun cuando Nuevo Laredo, es el principal puerto terrestre entre Estados Unidos y México y es por esta frontera que cruza el 40 por ciento de la mercancía de importación y exportación, por burocratismo no se pudo exigir, infraccionar o liberar de inmediato el proyecto de manos de la empresa Grupo Domos-Oneo, que fue quien obtuvo la licitación de la fallida obra, pero que fue contratada por el gobierno federal.