que resurja el PAN y el PRI
-Mientras controle a los dos partidos, estos no van a crecer
-285 aspirantes se registran por Morena
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Raúl Hernández Moreno
Cuando el cabecismo ganó las elecciones del 2016 estaban convencidos de que, al igual que el Tercer Reich, durarían si no mil años, por lo menos varias décadas. Perder cinco años después las alcaldías de Victoria, Altamira, Madero, Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, entre otras, que en conjunto manejan 3 de 4 pesos de los presupuestos municipales, fue un golpe brutal.
A la pérdida de 9 municipios en manos de Morena, se sumó la derrota en 16 de los 22 distritos. Se perdió, ni más ni menos, que el Congreso.
A la derrota del 2021, se sumó luego la pérdida de la gubernatura en el 2022 y en el 2023 se perdió la elección extraordinaria de senador.
En esas tres derrotas el PAN tuvo como líder a Luis René “Cacharro” Cantú y como dirigente de facto a Francisco García Cabeza de Vaca. Lo normal hubiera sido que los panistas les hubieran pateado el trasero desde el 2021, pero les gustó el masoquismo y los toleraron en el 2022, en el 2023 y los van a tolerar en el 2024.
A ese masoquismo del PAN se sumó con singular alegría el PRI. No le importó los antecedentes mediocres del Cacharro y Cabeza, convencidos de que éste último era don fregón y que ganarían primero la gubernatura y luego la senaduría extraordinaria.
Después de todo debe tener mucho de cierto los dichos de Emilio Lozoya de que Enrique Peña Nieto pactó en el 2016 con la cúpula del PAN la entrega de Tamaulipas, a cambio de que los azules aprobaran la reforma eléctrica del 2013.
Ya sin Peña Nieto se diluyó el poder de Cabeza de Vaca y se acabó porque Cabeza hizo de la corrupción su sello característico. Robo a manos llenas y los tamaulipecos le dieron la espalda, votando en contra. El cabecismo prácticamente está acabado. Pero necesita morir, para que el PAN pueda resurgir y de paso eso ayudaría al PRI, convertido en pelele del cabecismo.
Por otra parte, 285 se registraron como aspirantes a candidatos a gobernador en los nueve estados donde habrá elecciones el próximo año.
Hay, en promedio, 31 aspirantes en cada estado, lo que refirma que Morena es el partido más atractivo para los políticos y no es casualidad que gobierne en 23 de los 32 estados. Desde esos 23 estados se va a operar las elecciones del 2024 y si eso no bastara, hay que sumarle los 25 millones de beneficiarios de los programas federales.
Que estos programas son electoreros, claro que sí, pero lo cierto es que si esos programas no existieran, el dinero que hoy se destina al pago de esos apoyos sociales, se lo robarían los funcionarios, como pasaba en los tiempos del PRI y el PAN. Así que es mejor que ese dinero se destine a los pobres, a que termine en los bolsillos de rateros.