Sigue plagio de tesis

-Ahora se cuestiona a Germán Martínez

-Hasta los libros sagrados tienen varias versiones

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Raúl Hernández Moreno

¿Qué pasa si escribo que Benito Juárez nació el 21 de marzo de 1806, en el pueblo de Guelatao, en Oaxaca,  que en ese momento era  habitado por no más de 20 familias?

Como no incluyo una cita bibliográfica, ¿estoy mintiendo? ¿O a qué autor estoy plagiando? A fin de cuentas es una fecha que en la escuela  y en el curso de la vida los mexicanos escuchamos infinidad de veces y el dato es verdad.

Ahora si  hago una cita bibliográfica, ¿A quién debo citar? ¿A Anastasio Zerecero o a Gustavo Baz, que lo  conocieron personalmente;  el primero publicó su biografía en vida de don Benito y el segundo dos años después de fallecido?

¿O debo incluir una  cita de   Ralph Roeder, el mejor biógrafo de don Benito? ¿O debe citar a Francisco Bulnes y a José Fuentes Mares, los más feroces críticos del indio zapoteca? ¿O tiene que ser  una cita de Patricia Galeana, la más activa promotora de la vida y obra de don Benito en la actualidad?

Todo esto viene a la colación con el tema del presunto plagio de tesis universitarias que primero se le atribuyó a la ministra Yasmín Esquivel, luego a Xóchitl Gálvez y  ahora a Germán Martínez, el senador que primero militó en el PAN, luego en Morena y ahora se dice independiente.

A éste último le llegó su  karma. Cuando estalló el asunto mediático de Yasmín Esquivel se le lanzó a la yugular y pidió que se le desconociera; cuando surgió el asunto de Xóchitl  dijo que era un asunto de grilla; y ahora que le tocó a él dice que se le investigue.

Con los criterios periodísticos con que se revisan las tesis universitarias es posible que  resulte que no haya ninguna escrita con objetividad y que  a todas se acuse de plagio y en un descuido con ese criterio, ningún libro es auténtico. A fin de cuentas todo tiene un antecedente.

Ahí está la biblia.  Los pueblos del pasado tenían sus propios libros sagrados en un intento de explicar el origen de la vida.  Está el Corán de los musulmanes; Los  Vedas, del hinduismo; el libro de mormón: los mayas con su Chilam Balam.

La propia biblia tiene diversas versiones, según se trate de la católica o de los evangélicos. A los 72 libros que incluye la biblia católica,  hay quien le añade los evangelios apócrifos. Los 72 libros no son de un solo autor, sino de muchos y eso explica la gran cantidad de errores que tiene el libro.

El historiador Flavio Josefo en su  Historia de los Judíos, apenas le dedica un párrafo a Jesús y dice que fue condenado a morir en la cruz. Flavio Josefo nació a los pocos años de haber muerto Jesús, tuvo manera de entrevistar a personas que lo conocieron, pero no lo  hizo porque no lo consideró importante.

La nación le dedica demasiado tiempo al tema del plagio de las tesis universitarias.  Hoy van tres casos, mañana serán mil y al  final el tema se volverá monótono  y aburrido. Total, si es una mala tesis y  es un mal profesionista, su condena será fracasar en el ejercicio profesional.


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