-¿Por qué no se elige por voto al secretario de la Defensa?
-Hay que capacitar a policías y fiscales
-Si sus casos están mal armados, el juez libera a los acusados
-Desde ahí inicia la corrupción de la justicia
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Raúl Hernández Moreno
9-septiembre-2024
Imagínese a Claudia Sheinbaum proponiendo que sus secretarios de estado, incluyendo al de la Defensa y Marina, fueran electos por los ciudadanos, o al menos por los expertos.
Que, en educación, en vez de imponer a un golpista como Mario Delgado, los maestros hubiesen propuesto candidatos y eligieran a su secretario. En la SEP necesitamos un escritor. La historia demuestra que los escritores han sido los mejores secretarios de la SEP. Ahí están Justo Sierra, Vasconcelos, Jaime Torres Bodet, Agustín Yáñez.
Y que en la Defensa los soldados y oficiales eligieran a su secretario. Sería la confirmación de la democratización de las fuerzas armadas. Necesitamos un Joaquín Amaro, un Felipe Ángeles. Generales que modernicen y capaciten a las tropas. Hasta un matón como Sostenes Rocha haría la diferencia, con esa enorme capacidad que tenía para someter a los adversarios con relativa facilidad.
Con la elección ciudadana de los secretarios, la futura presidenta demostraría que eso de que el pueblo manda y decide, es más que una frase, que es verdad.
Pero la democracia que se exige para unos se les niega a otros.
A los legisladores no se les exige tener grados académicos, ni probada honorabilidad para acceder al cargo y en cambio a los jueces y magistrados se les exige todo, incluyendo someterse a un examen de oposición y ahora se les va a llevar a una elección absurda. Es la venganza de un presidente enojado porque no pudo someter con argumentos al Poder Judicial.
Mañana se someterá a votación en el senado la reforma judicial y en el remoto caso de que Morena no logre comprar o doblegar mediante amenazas a un senador opositor, decidirá que la reforma es válida con 85 votos.
Morena está empeñado en imponerse mediante la fuerza de la sinrazón, sin importarle los riesgos a futuro.
La reforma no se ha aprobado y ya están detenidos 35 mil millones de dólares de inversionistas que pensaban invertir en México, pero tienen temor de que con el control del Poder Judicial, Morena apruebe robarle su dinero a los extranjeros y que ningún tribunal nacional haga nada.
El Poder Judicial está podrido. La justicia, hoy, como ayer y siempre, se oferta al mejor postor. Eso se tiene que cambiar, pero no destruyendo al poder judicial.
Para empezar, debe capacitarse a los cuerpos de seguridad, incluyendo a la marina y al ejército, para que sus investigaciones y aprehensiones estén apegadas a derecho y no las deseche el Ministerio Público.
Lo mismo debe exigirse a los fiscales: deben ser más profesionales, más técnicos. Que sus expedientes estén bien armados para que el juez no los deseche.
En el proceso judicial todo está encadenado. Si la investigación de los cuerpos de seguridad está mal hecha, con confesiones arrancadas a punta de madrazos, sin peritajes, con testimonios de oídas, el fiscal las va a desechar de mutuo propio, salvo que vea la oportunidad de darle un buen mordisco al indiciado y le exija dinero para no consignarló al juez. Si el reo no accede, tendrá que pasar al siguiente nivel y el favor le va a salir más caro. Así opera la justicia en México. Ni hablar.
La destrucción del poder judicial es inminente, salvo que haya una vuelta de tuercas, provocada por el mismo gobierno. Al final, con todo y lo bravucón que es AMLO, al país no le conviene pelearse con Estados Unidos y Estados Unidos está en contra de la reforma judicial, como antes estuvo en contra la reforma energética. AMLO ya se va y es Claudia a la que le tocará administrar un país en ruinas.