-Dos tamaulipecos entran en la lista de senadores pluris de Morena
-Pero van uno en el lugar 21, como suplente, y otro en el 23
-Exhortan a iglesia a no hacer proselitismo político
Tiempo de opinar
Raúl Hernández Moreno
Solía decir Gabriel García Márquez que no es mejor la noticia que se da primero, si no la que se da mejor.
Y la prueba de su dicho es Relato de un náufrago, un reportaje que publicó por entregas, en 1955, en el periódico colombiano El Espectador.
El entonces reportero retomó el caso de un marinero cuyo buque naufragó meses atrás, por una supuesta tormenta y se vio obligado a no consumir alimentos y bebidas durante diez días y sobrevivió. Los medios lo presentaron como un héroe, ganó dinero ofreciendo conferencias y cobrando por entrevistas.
El marinero llegó a la redacción de El Espectador, cuando el caso ya no era noticia y negoció una entrevista. García Márquez lo entrevistó y el oficial admitió que el buque náufrago porque venía cargado de contrabando de electrodomésticos. El reportaje fue un éxito y en 1970 se publicó como libro y se vendió, literalmente, como pan caliente.
Todo esto viene a colación, porque luego de que Morena realizó un sorteo para seleccionar a sus candidatos a senadores y diputados plurinominales. Los tamaulipecos Samuel Badillo y Américo Villarreal Santiago, quedaron en segundo y tercer lugar de una lista de ocho hombres.
Casi de inmediato hubo medios tamaulipecos que dieron por hecho que Badillo y Américo ya eran senadores por estar colocados en los primeros lugares de la lista.
Se les olvido leer las letras chiquitas en las que decía que se iba a formar una lista de 32, que 16 espacios se sortearían y el resto se los reservaba el partido.
Con esta reserva, en la lista definitiva Américo quedó en el lugar 21, en calidad de suplente, y Badillo va de propietario, en el 23.
Curiosamente Américo y el priista Saúl Gutiérrez Soto van en el lugar 21, pero éste último en la lista del PRI.
Morena integró sus listas de pluris, igual como lo hizo el PRI, el PAN, el PRD, todos los partidos. Nada cambia en este país. Las cúpulas de los partidos utilizan a estos como negocios.
Ni Américo ni Badillo tienen posibilidades de ser senadores de minoría.
Por cierto que en la lista de diputados federales no figuró Heriberto Cantú Deándar, de quién sus seguidores aseguraban que iría en el número 2 de la segunda circunscripción.
En los casos de Américo y Heriberto, sus simpatizantes se adelantaron, cuando todo mundo sabe que en política se debe actuar con mucho tacto y esperar a las decisiones definitivas.
En la historia política de Nuevo Laredo abundan los casos de candidatos que estando amarrados, se cayeron al cuarto para las doce.
Por eso lo recomendable es no adelantarse, para no llevarse una desilusión.
Por otra parte, el representante de la Secretaría de Gobernación en Tamaulipas, Felipe Garza Narváez, exhorto a los sacerdotes a no hacer proselitismo ni abordar temas políticos al interior de las iglesias, lo que está prohibido en el artículo 130 constitucional.
La prohibición es válida para todas las iglesias y sectas que operan en el país, unas más fanatizadas que otras.
Esto nos recuerda que en 1911 la iglesia católica formó un partido político, el Partido Católico, que le ofreció la candidatura presidencial a Francisco I. Madero, pero éste no aceptó.
La sola invitación generó una ola de críticas, pues Madero no era católico, ni ateo, sino espiritista. Y se quejaba de la rigidez de la educación cuando estudio la secundaria en un colegio católico, no porque fuera creyente, si no porque su familia lo obligó.
El Partido se contentó con apoyar al Vice-Presidente Francisco León de la Barra, entonces presidente interino.
Después de esa elección, el Partido Católico desapareció y la iglesia enfrentó días difíciles con el ascenso al poder de revolucionarios anticlericales como Álvaro Obregón, Francisco J. Múgica, Salvador Alvarado, Francisco Villa, Adalberto Tejeda, Tomás Garrido, entre otros muchos.