Misterio con final predecible.
Evaristo Benítez Castro
Vamos a asumir (sin conceder plenamente) que el gobernador electo de Tamaulipas Américo Villarreal Anaya, pasa favorablemente en tiempo y forma las dos aduanas del los tribunales electorales (el local y el federal); de ser así entonces nos preguntamos los criterios que seguiría para integrar su gabinete de gobierno.
El primer obstáculo tiene que ver con las banderas esgrimidas en su campaña electoral; satanizar a los gobiernos «prianistas» del pasado, tema que fue recurrente en su proselitismo, choca con el realismo político en tanto que fueron precisamente personajes políticos del PRI y del PAN tamaulipecos, los que lo llevaron al triunfo electoral.
Con otras palabras si los lemas no robar, no mentir, no traicionar; los decires «no somos iguales», «se acabó la corrupción» del prianismo, etcétera, pretenden ser su eje discursivo en el gobierno en funciones, como lo fue en campaña, de ser así se presentará un enorme riesgo de contra decirse y negarse a sí mismo.
Por ejemplo si el gabinete se integra con ciudadanos como Oscar Luebbert Gutiérrez, Ricardo Gamundi Rosas, Antonio Martínez Torres, Felipe Garza Narváez, Eliseo Castillo Tejeda, Jaime Rodríguez Inurrigarro, Humberto Valdéz Richaud y personajes de similar calibre que fueron servidores públicos de alto nivel en regímenes cuya característica principal fue justamente lo contrario a «no robar, no mentir, no traicionar», si ello ocurre entonces ….¿Aplica el «no somos iguales, el se acabó la corrupción»?.
Misterio claro y total, pero sin embargo nada nuevo bajo el sol porque lo mismo pasa a nivel federal; Manuel Barttlet Díaz es el mejor exponente de una conversión político-espiritual milagrosa pues luego de ser satanizado como ente corrupto durante no pocos sexenios federales, ahora en la actual administración todos sus pecados pretéritos han sido perdonados, borrados y olvidados.
Toda proporción guardada aquí en Tamaulipas lo mismo ocurrirá con miembros distinguidos de la clase política; serán reinventados como servidores públicos estatales renacidos y se preparan para el asalto a la nómina de alto nivel.
Sabemos que varios de ellos (y ellas) ya reclutan a sus mas cercanos colaboradores; lo que ignoramos es si ya han sido llamados para asumir en su momento las respectivas responsabilidades oficiales o si se trata de calenturas muy privadas y basadas en sus deseos mas que en la realidad.
Sea como sea, vemos muy difícil que no se repita en Tamaulipas la clara contradicción política que se presenta en el nivel federal: incluir en el servicio público a políticos redimidos que se han convertido por milagro en apóstoles de los nuevos tiempos.
Si ellos (y ellas) fueron parte de los que cavaron las tumbas políticas de los últimos cinco gobernadores de Tamaulipas, eso es pasado; ahora ya renacidos nos dicen que no conocieron a Manuel Cavazos Lerma, Tomás Jesús Yárrington Ruvalcaba, Eugenio Javier Hernández Flores y mucho menos a Egidio Torre Cantú.
Ahora su credo es «no mentir, no robar, no traicionar»; su estímulo es «somos diferentes,» y su meta es la cuarta transformación de México.
De ocurrir así, después del primero de Octubre volvemos al tema,entonces ni duda cabe de que vivimos en un país maravilloso y lleno de espiritualidad: el Señor perdona todos nuestros pecados y nuestro hermano, el Hombre, también nos ha perdonado….
¡Que viva el Señor¡; el que está en los Cielos y el que está en la tierra.
Cd. Victoria Tamaulipas. Sábado 16 de Julio de 2022. Evaristo Benítez Castro en Faena en Canal.
TRemendo reto para la credibilidad la congruncia del gobernante;