-¿Y cuándo cae Cabeza?
-Carmen Lilia pone en marcha ciclo escolar
-Imposible popularizar la lectura
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Raúl Hernández Moreno
El fin de semana Eugenio Hernández Flores salió en libertad, del penal de Tenango del Valle, en el Estado de México, luego de casi seis años de estar recluido.
Su abogado Javier López García aseveró que para encarcelar a su cliente la Procuraduría de Justicia de Tamaulipas –hoy Fiscalía- le fabricó delitos.
Con la liberación de Eugenio concluyó la venganza del ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, autor intelectual del encarcelamiento, para lo cual utilizó a su amigo y entonces empleado, Irving Barrios Mojica.
Un juez federal exoneró a Eugenio de los delitos de peculado y lavado de dinero y más allá de sí incurrió o no en ellos, lo cierto es que luego de 5 años y 10 meses preso, ya pago a la sociedad, si fuese culpable.
Haber estado preso casi seis años, pagando protección en los diversos penales en los que estuvo, para no ser asesinado o herido, debe ser una experiencia traumática, suficiente para que el ex gobernador ya no regrese a la política. A los 63 años de edad, y a pocas semanas de sumar un año más, el 17 de octubre, haría bien en dedicarse a disfrutar el último tramo de vida, cuya prolongación nadie sabe.
Encima, si decidiera regresar a la política, se encontraría con que desde el 2022, la cúpula priista tamaulipeca se volvió “Cabeza Love”. Los priistas aman al criminal que encarceló a Eugenio, le entregaron al PRI y éste decide qué se hace y qué no en el partido tricolor, que de ser revolucionario se transformó en conservador.
Eugenio no tiene cabida en un PRI empanizado.
Con la liberación de Eugenio, muchos se preguntan si algún día Cabeza de Vaca pisará la cárcel o si de plano AMLO lo envía de embajador a Los Estados Unidos.
Por otra parte, la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas puso en marcha el inicio del ciclo escolar 2023-2024, en la preparatoria José Vasconcelos y en la Secundaria Francisco I. Madero y reiteró el apoyo de su administración a la educación.
Hoy inicio la entrega de más de 68 mil mochilas con útiles escolares, uniformes de deportivas y más adelante se entregarán miles de becas escolares, se apoyará en escuelas con transporte público y se realizarán obras en los edificios escolares.
En otro tema, el general Álvaro Obregón creó la Secretaría de Educación Pública en octubre de 1921 y colocó al frente al filosofo José Vasconcelos.
Promotor de la lectura, a Vasconcelos se le ocurrió mandar publicar a autores cásicos en grandes tirajes, a un costo accesible, convencido de que los mexicanos los leerían.
De 1921 a 1924 se publicaron 13 títulos en 17 tomos, de autores como Homero, Plutarco, Platón. De cada tomo se publicaron entre 20 000 a 25 000 mil copias y se vendían a un peso.
En esa apoca el país tenía 14.3 millones de habitantes y en promedio la edición de los títulos normales de cada libro era de entre 1 000 a 3 000 ejemplares.
Quince años después era posible encontrar tomos de esta colección en las librerías de antaño. Hoy son objeto de colección y es posible encontrarlos, con relativa facilidad, en Mercado Libre.
Como objeto de colección, pasa, pero los libros están desactualizados y son de mejor calidad y precio los que publica la editorial Gredos.
En el 2006, el gobierno de Vicente Fox, mandó editar el libro “Juárez, el republicano”, de la historiadora Josefina Zoraida Vázquez, del que se imprimieron 20 millones y se regalaron en las escuelas y secundarias de todo el país.
Ni con Vasconcelos, ni con Fox, se consiguió el milagro de que el mexicano se acostumbre a leer. Y si a esto ahora se agrega la fobia que promueve el ala conservadora contra los libros de texto gratuito, peor el panorama en materia de lectura.
Hace algunos años, leía en mi espacio en la redacción de un periódico el libro los 120 días de Sodoma, del Márquez de Sade, cuando paso un connotado periodista español que quiso saber lo que estaba leyendo, le mostré la pasa pasta y comentó: “No pierda su tiempo, en esa porquería”.
Tenía razón, en cuanto a lo de porquería, pero no en cuanto al tiempo: para criticar, antes hay que conocer.
Así como ese, he leído decenas o cientos de malos libros. Mi Lucha, de Hitler, es uno de ellos. Los tres tomos de E. L. James, Cincuenta sombras de Grey, es otro igual. De nada sirvió conseguir una edición española en pasta dura. Son libros bonitos, pero bastante chafas como lectura.
En fin.