En Voz Alta

De la traición al perdón

Gastón Monge/2450

•          Premia Morena la traición de los Yunes

•          El PAN los expulsa del partido

•          Balconean a Olga Sosa

•          Rinde Carmen Lilia su Tercer Informe de gobierno

Acorralados por la justicia y perseguidos por su propia y malsana conciencia, el clan de los Yunes (padre e hijo), cedió a la tentación de ser perdonado y premiado por el partido Morena y su líder máximo, Andrés Manuel López Obrador, a cambio de un simple voto en el senado, que cambiaría y cambió esta parte de la trágica historia de México que se vive desde el 2018.

Así fue como el senador Miguel Ángel Yunes Márquez dio su brazo a torcer motivado tal vez por el líder de la bancada morenista en el Senado, Adán Augusto López, (López tenía que ser), a cambio de impunidad por una serie de delitos que al parecer se le imputan, como la falsedad de documentos, fraude procesal y otros del orden federal y local que podrían ser pasados por alto al haber votado a favor de la Reforma Judicial, siendo aún militante del PAN.

A su padre Miguel Ángel Yunes Linares, senador suplente, también Morena le perdonaría esos pecaditos que cometió cuando fue gobernador de Veracruz, cuando se le acusó de sus posibles relaciones con la delincuencia organizada y de obtener posibles recursos de procedencia dudosa, además de su posible relación con el empresario Jean Succar Kuri por el delito de pedofilia.

Tal vez por ello el gobierno de Estados Unidos le canceló la visa, y no podrá ingresar a territorio estadounidense por ser sometido a una probable investigación, según lo dio a conocer el mismo Yunes, y tal vez por eso la dirigencia nacional del PAN los expulsó de su partido.

Pero tal y como ha sucedido con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, relacionado presuntamente con el caso del narcotraficante Ismael ‘Mayo’ Zambada, además de otros personajes del PAN, del PRI y del PRD que motivados no por el deseo de ayudar a México, sino de apoyar sus propias ambiciones, esos pecados de pronto son convertidos por la obra y gracia de Morena y del propio presidente López Obrador, en una virtud al ser considerados por el mandatario como buenas personas.

Pero no hay nada más vil en el ser humano que una traición, pero cuando esa traición se comete en las lides políticas, como decía Maquiavelo, es el único acto de los hombres que no se justifica, por lo que la traición convertida en virtud por Morena, es convertida en modelo a seguir por otros personajes que cambian de partido para irse a Morena en donde sus pecados son redimidos y perdonados bajo la premisa de que el poder surge  del pueblo, y es el pueblo el que redime esos pecados.

Así, la traición tanto como la crueldad, el crimen, el enriquecimiento ilícito, el uso de recursos públicos, el nepotismo, la mentira y el robo, pese a que son delitos que deben ser sancionados por las leyes, en Morena son virtudes y pecados ya perdonados, y más cuando se cometen en otros partidos y se suman a Morena. ¿Será?

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Y para no salir del tema. ¿Qué les pasa a los morenistas que sin rubor ni pena andan luciendo costosísimos objetos que para las clases populares que dicen representar y defender son una ofensa?

Digo esto por el caso de la recién estrenada senadora, la tamaulipeca Olga Sosa, quien tuvo la osadía de pasearse por el senado luciendo una muy costosa bolsa de la marca Louis Vuitton, emulando al presidente López Obrador quien hace unos días fue balconeado al lucir un muy costoso reloj de la marca IWC Schaffhausen, que según el periodista que le tomó la foto, tiene un costo aproximado de 4 mil 700 euros, y que el propio presidente minimizó al decir que fue un regalo y que su precio es de solo  dos mil 399 pesos. Como siempre lo hace, le sacó la vuelta al asunto de manera irónica.

Yo no sé marcas de lujo estimado lector, pero de lo que sí podemos estar seguros es que algunos priistas, panistas, perredistas, emecistas, petistas, verdistas y morenistas ya se olvidaron de los objetivos de su filiación partidista, que es la de representar al pueblo bueno y sabio, comportarse de manera decente, hacer a un lado los lujos, y como los morenistas, ser fieles a la austeridad republicana, no robando, no mintiendo y no traicionando.

Pero si el presidente López Obrador hace a un lado esa filosofía, lo menos que podemos pensar e imaginar es que muchos de los políticos y funcionarios de su partido hagan lo mismo y utilicen prendas de marcas famosas como la bolsa de la senadora Sosa, o prendas y objetos de lujo de las marcas Gucci, Prada, Dior, Saint Laurent, Balenciaga, Valentino o Fendi.

No vayamos tan lejos. Aquí en este pueblo transformado algunos políticos, funcionarios y militantes de Morena desde el inicio de esta administración cambiaron sus modestos y vetustos automóviles de modelos no recientes, por unas muy lujosas camionetas con un costo cercano o superior al millón de pesos.

Dese usted amigo lector una vuelta por el estacionamiento de los regidores y funcionarios municipales y verá que ese parqueadero parece la sala de muestras de una agencia de autos de lujo.

¡Vaya! Es irónico porque hasta parece que entre los funcionarios, regidores y síndicos compiten para ver quien tiene la camioneta más grande, más lujosa y más cara del mercado. Si esto no es una ofensa para el pueblo bueno y sabio, entonces no sabré como llamarle. ¿Se imagina usted amigo lector si uno de esos servidores públicos se atreve a ir a una de las tantas colonias marginadas en su camionetota a ofrecer apoyo? Aunque eso es algo que ya no hacen.

En una administración del PRI una presidenta del DIF se atrevió a acudir a una colonia marginada cubierta con un abrigo de un carísimo mink que fue valuado nuevo en 125 mil pesos, aunque uno usado puede costar 13 mil 500 pesos.

También en una administración del PRI un síndico se atrevió, sí, se atrevió a acudir a una colonia marginal a bordo de una camionera King Ranch que en ese tiempo costaba cerca del millón de pesos. Tuvo que regresar de inmediato porque la gente comenzó a reclamarle ese lujo.

Un alcalde panista, de vivir en una modesta casa de interés social, se mudó a una lujosa residencia y ya es empresario.

Y es que la política y el poder cambian no solo a las personas sino también su mentalidad, que es más grave. ¿A cuántos políticos no conocemos que de haber sido personas comunes y tal vez sencillos esa combinación les cambió su vida al convertirlos en ricos personajes? ¡Vaya usted a saber!

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