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Frivolidad política y
las “barbas” en la UAT
· – . Criticable acción de Samuel García, claro reflejo del dominio de lo personal
· – . Va por el orden Américo en la UAT y la Facultad de Comercio en la mirilla
· – . Derrumba el último reducto de poder de Francisco Javier Cabeza de Vaca
Por Javier Claudio
Claridades. –Que siempre no va Samuel García de precandidato a la presidencia de la República, pues que bien y sería solo un efecto de aquello; todo lo que sube tiene que bajar. Es una ofensa esa irresponsabilidad que, apenas haberse trepado al gobierno de Nuevo León bajo un sinnúmero de promesas y sin cumplirlas, desista de súbito y se dé cuenta que podría hacer más y sería como presidente, ahora por México. Cuánta insolencia daña al país, inhibe el voto y remarca la “payasería” el hacer del gobierno.
Claroscuro. – La forma tan abrupta y torpe en cómo se dio esta intensión del gobernador de Nuevo León y aun pisoteando nuestras leyes, particularmente el Congreso de Nuevo León, exhibe la perversidad a la que se recurre para alcanzar los fines personales, igual para sumar o bien para restar votos en la lid. Cuánta vergüenza, pero también se cuestiona el aguante de Nuevo León; Jaime Rodríguez, El Bronco, también hizo lo mismo durante su gobierno mediocre y no pasó nada, pero sí se repite.
Claro que sí. – Lo que bien pudiera ser el último reducto del “cabesimo” en Tamaulipas, fue reventado ayer por el gobernador Américo Villarreal al quedar fuera Guillermo Mendoza Cavazos como rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) y con él un periodo de corrupción y malos manejos de la otrora llamada “máxima casa de estudios”. Aquí exhibimos parte de esa podredumbre, cuyo mal ejemplo cumplió el cometido de trascender hasta la Facultad de Comercio de NLD.
Aclarando. – Una de las gotas que derramó el vaso, fue que la UAT subrepticiamente se había convertido en financiador de campañas políticas del PAN, como así trascendió ese compromiso para con Félix “El Moyo” García en su intentona por jugarla por la presidencia municipal. Convertida la UAT en un coto de poder, desde ahí se maniobraron algunos hilos estratégicos de la política y Francisco Javier Cabeza de Vaca se encargó de “purgarla”, dejando el paso libre al manejo de los recursos.
Clarificando. – Aquella honorable Facultad del Comercio comenzó a cambiar su noble perfil y de contribuidor al enlace del desarrollo con la llegada del director Hernán Lope Diaz, esto en el intento por dar paso a la politiquería y obviamente manipulado desde la rectoría de la UAT, y por supuesto que con órdenes provenientes de la casa de gobierno de Ciudad Victoria. Las salidas de los directores José Gerardo Rodríguez Herrera y Ramiro Garza Mata, dieron fin a aquella honorable alma mater.
Clarín. – Se abrieron puertas a la ambición, danzante esta hasta el descaro y ante el figurín de mero trámite del director Lope Diaz, en tanto que de rectoría comenzó el desfile de nuevo personal y de intereses, disponiendo de nuevas formas de llevar las cuentas de los ingresos. Comenzó la fétida era, se incumplió con el crecimiento de la Facultad de Comercio al quedar varios edificios sin concluir y hasta desparecer el mobiliario que había sido adquirido para el equipamiento de nuevas áreas. Todo calló.
Claro que no. – Los sórdidos manejos de la Facultad de Comercio ahí están; áreas abandonadas y hasta tienditas de fritangas que son despachadas por la gente de confianza del director René Salinas. Publicado esto apenas una semana antes, buscó la proyección de lo que “actualmente realiza la universidad” al solicitar René Salinas una entrevista en una radiodifusora para resanar críticas, donde habló largo y tendido sobre todo lo bueno que ha puesto en práctica desde su llegada en 2019 al centro universitario.
Sabía usted que. – Durante la gestión de Hernán Lope Diaz y siguiendo las instrucciones de rectoría de la UAT y con asesoría del Gobierno de Francisco Javier Cabeza de Vaca se estableció una tenebra para remover todo el personal administrativo y catedrático de la Facultad de Comercio, difundiendo cartas de desprestigio que bajo el anonimato fueron llevadas a los medios de comunicación. En un prestigiado órgano informativo local fue rechazado una y otra vez Juan Ángel Martínez como emisario de la UAT, debido a que las “denuncias” no tenían sustento ni crédito.