Catorce asientos del próximo cabildo

-Gane o pierda su alianza, van seguros

-Alex Sosa seguro como diputado federal

-Diana Chavira será diputada local

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Raúl Hernández Moreno

Catorce de los veintitrés lugares del próximo cabildo ya están definidos. Sin importar que la alianza que los postula gane o pierda. Están seguros los primeros siete regidores de la lista de la alianza PAN-PRI y siete de Morena. El MC, que no hizo campaña, difícilmente alcanzará el 1.5 por ciento de los votos totales para alcanzar un asiento en el cabildo.

Los primeros siete regidores de la alianza PAN-PRI son: Félix Fernando García Aguiar, Delia Cortés Benavides, Edgardo Pedraza Quintanilla, Alma Rosa Castaño Rodríguez, Gamaliel Alberto Infante Ramírez, Leticia Barrera Garza y Fernando Castillo Villarreal.

Los primeros siete de la alianza oficialista Morena-PT-Verde son: Sergio Fernando Pérez Villarreal, Samantha Rodríguez Cantú, Juan Juanes Carrizales, Mayra Iveth Inocencio González, José Guadalupe Zapata Muñiz, Cristabell Zamora Cabrera y Enrique Figueroa Rocha.

Los dos síndicos y los lugares 7 al 14 de ambas planillas, están inciertos y su llegada al cabildo está sujeta a que la alianza que los postula gane en las urnas.

Hasta hace dos meses la elección parecía estar definida en favor de una fórmula -en un escenario similar al del 2021-, hoy no. La competencia es de verdad.

Una vez que entre en funciones el próximo cabildo habrá que ver cuántos de los regidores opositores deciden cambiar de partido, porque es innegable que los habrá. La lealtad y la dignidad son principios poco conocidos entre la clase política.

Así como hay regidores que desde el inicio de la campaña ya tenían un asiento en el próximo cabildo, también hay diputados que ya aseguraron la chuleta por los próximos tres años. Una de ellas es Diana Chavira Martínez, que va en el primer lugar de la lista de candidatos plurinominales a la diputación local por el Partido del Trabajo. La única forma en que quedaría fuera sería que la alianza Morena-PT-Verde gane los 22 distritos, lo que suena imposible.

Diana Chavira será diputada por segunda ocasión, sin hacer campaña y sin gastar dinero, todo gracias al gran negociador que es su hermano Francisco Chavira que negoció ser candidato a senador a cambio de la posición para su hermana.

Diana resultó más lista que los candidatos que participaron por el principio de mayoría y gastaron dinero y tiempo.

Otro que está amarrado como diputado federal es Alex Sosa, que va en el lugar número 15 de la lista de candidatos plurinominales de Morena, en la segunda circunscripción. En su momento él se registró por mera curiosidad y la suerte decidió su lugar en la lista, para disgusto de su jefe, el delegado de Bienestar Social, Alejandro Alvarado, que hizo la rabieta de su vida y lo despidió. Actúo con el hígado y como un ignorante.

Nuevo Laredo tendrá cuatro diputados locales, los tres de mayoría y uno plurinominal y tendrá dos diputados federales, el que gane de mayoría y el de minoría. Ahora ¿esto es bueno o es malo? Eso dependerá de las ganas que tengan de trabajar responsablemente los diputados, porque una cosa es lo que ofrecen y prometen en campaña y otra la realidad, hablando de los que se la juegan de mayoría. En el caso de los que van de minoría no hicieron un compromiso público.

En otras épocas, Nuevo Laredo ha tenido una sobre representación en el Congreso local con hasta cinco diputados y de poco sirvió.  Por eso generalmente el papel de los diputados locales suele pasar desapercibido. Sí, se recuerda que fueron diputados, pero no las iniciativas que impulsaron.

Y lo mismo ocurre con los cabildos. El mejor cabildo que ha tenido Nuevo Laredo fue el del trienio 1999-2001, en el que participaban priistas como Alejandro Montemayor, Rodolfo Ramos Treviño, Armando Torres, Alfredo Briseño, Jorge Almanza Aboytes, Luis Eduardo Martínez; panistas como Ernesto Ferrara Theriot, Jorge Ramírez Rubio, Eliseo Raúl Huerta y Jorge Figueroa; perredistas como José Ángel Valdez Reyna y Víctor Martell Cisneros: el parmista Enrique Rivas Ornelas.

En una ocasión los opositores hicieron alianza con algunos priistas como Alejandro Montemayor y Armando Torres y se opusieron al desalojo de comerciantes instalados en la Plaza México, a los que el alcalde Horacio Garza Garza quería retirar por la fuerza, a pesar de que se habían instalado mediante un permiso que les otorgó la autoridad. El tema se puso a votación y ganaron los opositores.

En otra ocasión se quiso despedir a un jefe policiaco y la mayoría priista se opuso y ganó con un voto de diferencia.

Asistir a las juntas de cabildo era todo un agasajo. Panistas y perredistas debatían con argumentos  y los priistas les respondían en el mismo tono. Además, Horacio Garza les daba juego a los opositores. Dejo que fueran los panistas los que presentaran el proyecto de Reservas Territoriales y un programa mediático para el combate a la corrupción.

En los últimos trienios los cabildos han sido sosos. Solo dos o tres personajes han brillado por sus intervenciones en las sesiones solemnes, o bien, por su trabajo en comisiones.  La mayoría de los regidores se confunden. Creen que su papel es ser damas o damos de compañía del alcalde en turno y piensan que están cumpliendo al salir retratados al lado del presidente municipal.

Para colmo, domina la frivolidad y los  regidores en vez de usar las redes sociales para informar de sus actividades en comisiones o en las sesiones, se dedican a dar clases de cómo encender el carbón para una carne asada, a enseñar cómo pelar una cabeza de ajo o a decir oraciones a su Dios.

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