𝗘𝗹 𝗰𝗶𝗿𝗰𝗼

P𝙤𝙧: 𝙈𝙖𝙣𝙪𝙚𝙡 𝙈𝙖𝙙𝙧𝙞𝙙

𝘑𝘦𝘧𝘦 𝘑𝘶𝘢𝘯𝘫𝘰:

A finales de los años 70, los pueblitos del sureste del país se llenaban de alegría cuando en las calles polvorientas pasaban los carritos con bocina anunciando la llegada de un circo.Fueron los años más felices de mi vida porque no tenía que preocuparme por pagar la luz, el agua, el teléfono o el predial de la casa. Tan sólo me dedicaba a ser feliz.Por el mes de abril del 79, como cada año, llegó al rancho el circo de Los Hermanos Flores, y la gente disfrutaba la participación de los trapecistas, bailarinas, magos, domadores y payasos.Uno de los números que más me sorprendía era el de un hombre que con el torso desnudo se acostaba en pedazos de vidrios y una bailarina se le subía al pecho. Luego, el fortachón se ponía de pie y mostraba su espalda sin ningún rasguño.Ah, cómo le aplaudíamos, y nos olvidábamos de toda angustia.Eran años en que el menor espectáculo significaba una gran distracción para quienes toda la semana nos la pasábamos bajo el sol haciendo ladrillo o pizcando algodón.Lo malo de aquella vez fue que a mi papá le fueron con el chisme de que yo no había pagado boleto. Y sí, junto con otros niños subimos la carpa del lado de los árboles de mango que están a un lado del campo de futbol del ejido, y nos colamos a ver la función.Esa noche mi papa me dio una zarandiza con el cinturón, porque no le gustaba que yo fuera tramposo, y santo remedio, ya no más lo volví a hacer.Será por eso que ahora no me gustan los circos.Tampoco me gusta el circo que nuestros gobernantes están montando en cada escenario.Aquí en la ciudad, en noviembre del año pasado, el regidor Jorge Valdez Vargas se puso una bolsa de papel en la cabeza y pidió a sus compañeros de oposición que hicieran lo mismo en señal de vergüenza por lo que él mismo llamó complicidad con el gobierno anterior.Esto divirtió sobremanera a la ciudadanía y a los representantes de los medios de comunicación. Fue un acto verdaderamente protagonista, pero consiguió el objetivo de captar la atención de la gente.En el congreso del Estado, los diputados también han hecho sus numeritos.Lidia Martínez, Leticia Sánchez y Nancy Ruiz abandonaron su bancada morenista con argumentos que van desde acoso político, hasta discrepancias con su coordinador.En enero de este año, el presidente de la junta de coordinación política del Congreso del Estado, Armando Zertuche fue acusado por la diputada panista Imelda Sanmiguel de violencia política de género.Ayer, la diputada Magaly Deándar, del mismo partido, durante la sesión ordinaria se llevó el micrófono y papeles personales de la diputada Sanmiguel y se paseó por todo el estrado con los documentos en la mano al tiempo que vociferaba “No me toquen, no me toquen”.Y a nivel federal, no se diga, las cosas van por el mismo rumbo.El presidente también ha protagonizado verdaderos números circenses que han logrado distraer la atención de los mexicanos de los verdaderos problemas nacionales.Se metió en dimes y diretes con el periodista Carlos Loret de Mola por haber exhibido la vida licenciosa que su hijo se da en la unión americana.Ahora la emprendió contra el actor Eugenio Derbez, y en lugar de felicitarlo por obtener el “Oscar” por su participación en la película Coda, lo criticó por oponerse a la construcción del tren Maya y denunciar que este capricho gubernamental implica la destrucción de la flora y fauna, y pone en riesgo los cenotes históricos del sureste mexicano.Total que los gobernantes guindos no dan una. Han sido protagonistas de verdaderos escándalos políticos que en nada les ayudan, ni a su figura, ni a sus proyectos políticos.Creo, sí, creo que ya es hora de que alguien le diga a estos gobernantes que si fueron elegidos por la ciudadanía no es para andar payaseando en las tribunas.Los mexicanos, tamaulipecos y neolaredenses queremos realmente verlos trabajar en obras y proyectos que mejoren la imagen urbana de nuestro entorno.Los ciudadanos que amamos a nuestra ciudad, los que elegimos a nuestros gobernantes con la mente y no con el estómago, ya no queremos más circo, maroma y teatro.Aquí en Nuevo Laredo las calles siguen destrozadas con tantos baches, el alumbrado público está en deplorables condiciones y los centros recreativos totalmente abandonados.La alcaldesa ya lleva cinco meses al frente de la ciudad, pero la mayor parte del tiempo lo ocupó en culpar a la administración anterior de malos manejos administrativos, en lugar de aterrizar planes concretos de rescate urbano.Dinero hay. Lo que no hay es iniciativa ni intensión de trabajar por la ciudad. A lo mejor están cuidando el dinero para usarlo en la campaña del candidato de la alcaldesa.Pero todo esto es entendible, es parte del show que están acostumbrado a ofrecer los gobiernos emanados de ese movimiento, en una clara muestra de su falta de experiencia política que a todos hace reír.Por eso digo que no me gustan los circos.¡Salud!

1MaIly Salinas

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