FAENA EN CANAL.

Aplaudidores profesionales.

Evaristo Benítez Castro.

Es difícil saber si se trata de una actividad deportiva, de una actividad curricular en la universidad de la vida, de una adicción de los periodistas o simplemente de una afición que transitoriamente todo humano puede tener en el transcurso de su vida terrenal e incluso celestial; tratemos de averiguarlo.
Lo que sí está determinado con certeza y objetividad científica es que el fenómeno es exclusivo de los humanos y primates; consiste, de manera individual, en golpearse las palmas de ambas manos repetidamente y con mucho entusiasmo para generar un armonioso sonido que significa admiración y entrega personal al agraciado (a) ; popularmente se le conoce como aplauso, a quien lo practica se le llama aplaudidor y éste podría ser profesional o amateur.
Pudiera durar esa agitación de las manos unos segundos o unos minutos; en realidad la hermana república de Cuba tiene el record mundial de un aplauso continuo y masivo de tres horas, en honor al comandante (mi tío) Fidel Castro, que Dios lo tenga en su Santa Gloria.
Después de mi comandante otros líderes de latino américa y el caribe han intentado superarlo pero a la fecha no ha sido posible; quizá nuestro presidente AMLO antes del concluir su período de gestión constitucional en el 2024, pueda si no superar sí igualar al camarada Castro; todos le aplaudiremos siempre que le atine cuando nombre a su corcholata.
Pero no nos perdamos; tratemos de ubicar el tema en nuestro entorno mas inmediato; en Tamaulipas por ejemplo ha sido la clase política y la empresarial (que a veces es la misma, según el sexenio en turno) los mas activos y competitivos aplaudidores profesionales.
Invariablemente desde Manuel Agapito Ravizé hasta el aún electo Américo Villarreal Anaya, cuando arriba al poder el correspondiente gobernador le sobran aplaudidores:
Las y los practicantes de la Vela Perpetua, de las Tías Adoratrices, del empresariado, del comerciante, de los jubilados, de los sindicatos, de los historiadores, no hay agrupación humana que se resista a entrar a la competencia aplaudidora.
A medida que transcurre el sexenio (o el trienio, si de aplaudir a los alcaldes se trata), comienzan a ser menos ruidosos y constantes los aplausos hasta que llegan a extinguirse al concluir su mandato el servidor público aplaudido.
Paralelamente así como se extingue el aplauso para quien termina su gestión, así de pronto comienza a crecer en frecuencia e intensidad el aplauso para los sustitutos;el resultado final es que el aplaudidor profesional se siente realizado por su entrega total al aplaudido y el aplaudido está satisfecho porque sabe que se merece esos y aún mas aplausos.
Por causas difíciles de imaginar los aplaudidores son inagotables y celosos; cuando seleccionan a su presa no la sueltan hasta exprimirle los huesos.
Se han dado casos (concretamente dos hasta hoy) en que un gobernador antes super aplaudido durante su gestión sexenal, cae preso y ya tras las rejas NINGUNO de sus ex aplaudidores se digna a enviarle cigarillos a la cárcel, ya no digamos mensajes de gratitud cristiana.
Así que pudiéramos llegar a algunas conclusiones valederas; por ejemplo que el aplaudidor siendo profesional percibe con frialdad los eventos; sabe que su entusiasmo es transitorio y que debe cuidar sus manos para no irritarlas demasiado y luego le impidan ejercer su acción aplaudidora.
Otra conclusión es que se trata de una enfermedad contagiosa pero no infecciosa; de presencia recurrente (o sea que te da una vez y luego se te quita, para darte luego otra vez).
Adicionalmente no cualquiera puede ejercer la acción aplaudidora con éxito; se requiere gracia y estilo; objetividad pero también audacia, sabiduría y cachaza, descaro e inteligencia.
A reserva de su mejor opinión amable lector, yo me doy por perdido porque mi artritis me impide aplaudir; la ceguera me impide ver a quien aplaudo y mi vejez me dice que no vale la pena a estas alturas del partido.
Dejemos que los inteligentes sigan subiendo por la escalera del poder con la garantía de que si un verdadero amigo cae al fresco-bote, hoy o mañana, por descontado que éste NO APLAUDIDOR es lo suficientemente pendejo para visitarlos en la cárcel (Como ya ha ocurrido en el pasado no tan distante).
Cd. Victoria Tamaulipas. Martes 6 de Septiembre de 2022. Evaristo Benítez Castro en Faena en Canal.

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