Elecciones cuidadas por ciudadanos

-Lo que dificulta el fraude

-Habrá más de 44 mil funcionarios de casilla

-Yahleel y Carmen, recomiendan votar con libertad

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Raúl Hernández Moreno

Cometer fraude en las elecciones es inimaginable, imposible, sostuvo Juan José Ramos Charre, presidente del Instituto Electoral de Tamaulipas y dijo las casillas estarán resguardadas por casi 50 mil ciudadanos.

En realidad se van a instalar 4,940 casillas en  todo el estado, cada una integrada por un presidente, dos secretarios y 3 escrutadores propietarios, además de 3 suplentes generales.

En total se designará a 44,460  funcionarios de casilla, seleccionados al azar. Adicionalmente, cada uno de los siete partidos con registro oficial  está autorizado a tener cuatro representantes  por casilla, dos propietarios y dos suplentes. También tienen derecho a un representante  general por cada 10 casillas ubicadas en el área urbana y uno por 5 en la zona rural. Si todos cumplen, lo que no va a ocurrir, habría más de 140 mil representantes de casilla y generales. Es decir, más de 184 mil personas estarían cuidando que se respete el voto.

Aquí en Nuevo Laredo se van a instalar 464 casillas. Cada partido puede registrar 2,256 representantes de casilla, más 56 generales, para  un total de 2,312  y multiplicado por siete  habría 21 mil 256  representantes, que por supuesto no los   habrá.

Con una vigilancia así, sería casi imposible  que hubiese fraude, como lo afirma Ramos Charre. El problema es garantizar que el día de la  jornada electoral los seis  funcionarios propietarios de cada casilla asistan en tiempo y forma, lo que tradicionalmente no ocurre al 100 por ciento.

Por muchas razones, los  funcionarios designados no cumplen con su responsabilidad el día de la elección  y se hace necesario echar mano de los suplentes o de los ciudadanos que esperan su turno en fila, para emitir su voto.

Y lo mismo ocurre con los representantes de casilla. Lo ideal es que un partido registre a la totalidad de sus  representantes  generales y por lo menos a un representante de casilla. Y que no solo los registren, que acudan.

Ya se hizo costumbre que partidos chicos como el PT y PRD registren nombres de personas que no se presentan el día de la elección, pero lo que sus líderes quieren es cobrar y quedarse con una gratificación que el partido estatal entrega por cada  representante  de casilla, que usualmente es de entre 400 a mil pesos por persona.

Ahora bien, el periódico Milenio publicó una   investigación que da cuenta que del 2012 a la fecha, se han abierto 35 mil 346 averiguaciones por la presunta comisión de delitos electorales. 21 mil de estas carpetas corresponden a  casos  federales  y 14 mil locales y de este universo, solo se han aplicado 39 sentencias por delitos electorales, es decir,  se ha sancionado 3.25 casos por año. Casi nada. En pocas palabras, pensar en que se castigue los delitos electorales es casi inimaginable, imposible, usando palabras de Ramos Charre.

En otro tema, los hermanos Carmen y Carlos Canturosas encabezaron un mega pegoteo en la colonia de Reservas Territoriales. Es el  tercer mega-pegoteo de la campaña y con el cual los dos candidatos muestran músculo.

Estamos a 20 días de la  elección  y las campañas  suben  de intensidad.

Por su parte,  Yahleel Abdala  encabezó una  cabalgata en el rancho La Media Luna, de Renato Madrigal. La candidata de la alianza PAN-PRI, estuvo acompañada de la candidata a senadora, Imelda Sanmiguel Sánchez.

Las candidatas cabalgaron más de una   hora  y  Yahleel dijo que en su gobierno impulsará las actividades charras, una tradición que no  debe perderse.

Ambas  candidatas   hicieron un llamado a los neolaredenses para que el día de elección ejerzan su voto y que lo hagan de manera libre y secreta, como lo mandata la constitución.

Nosotros reiteramos nuestra recomendación de que si a un ciudadano le ofrecen una despensa, incluirlo en un programa social o una dádiva, que la reciban y le hagan creer a quien se los dio que le van a dar su  voto, pero cuando estén frente a la urna,  decidan en libertad.

No se le puede exigir a quien padece hambre, que rechace una despensa que se entrega condicionada al voto, pero aun recibiéndola esa persona debe decidir en libertad.


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